El Parque Natural Los Alcornocales, a diferencia de otros espacios protegidos, se caracteriza no solo  por los valores naturales que en sí alberga, sino también por la gran riqueza arqueológica, histórica y etnográfica que el Medio Humano le ha otorgado.

Desde sus primeros pobladores, pasando por sucesivos periodos de ocupación como los romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han ido dejando testimonio de su cultura y su paso por estas tierras.

De los primeros conservamos numerosos yacimientos arqueológicos, destacando los vestigios del Arte Rupestre (Arte Sureño) localizados al abrigo de las innumerables cuevas originadas por la erosión en las lajas de areniscas que recortan el paisaje homogéneo del bosque de alcornocales..

Al resto de pobladores debemos el origen de los actuales asentamientos humanos.

Desde las grandes poblaciones del Campo de Gibraltar y Tarifa en la costa, hasta la populosa Jerez en el interior, se desparrama un reguero de pequeños pueblos entre las provincias de Cádiz y Málaga, ubicándose la mayoría de ellos al abrigo de las fortalezas moriscas situadas en cerros estratégicos de las derivaciones de estas sierras y que durante muchos años defendieron las fronteras del Al Ándalus, de ahí el apellido de algunas de estas poblaciones.

Alcalá de los Gazules, Algar, Algeciras, Arcos de la Frontera, Benalup-Casas Viejas, Benaocaz, Castellar de la Frontera, El Bosque, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera, Los Barrios, Medina-Sidonia, Prado del Rey, San José del Valle, Tarifa y Ubrique en Cádiz y Cortes de la Frontera en Málaga, son las 17 poblaciones que aportan parte de su término municipal a la configuración actual de la superficie ocupada por el Parque Natural Los Alcornocales.

Este entorno natural y en especial sus montes han representado la base  de una economía forestal compartida por propietarios, colonos, carboneros, leñadores, corcheros, arrieros, técnicos y guardería, y junto con la gastronomía tradicional basada en la caza, la ganadería y los productos silvestres, forman parte del acervo cultural del territorio.Por su singularidad es la actividad corchera las más representativa de estos montes. Fueron los industriales catalanes los primeros en instaurar una fábrica de transformación allá por el año 1839 en la localidad de Jimena de la Frontera y las primeras subastas públicas de extracción que se realizaron en Andalucía fueron en los montes de Cortes de la Frontera en 1875.

Durante años, y antes de que apareciese la bombona de butano en los años 60, la extensa masa forestal permitió que el carboneo fuese otra de las bases económicas sustentadoras de la población del Parque.

Toda la actividad comercial que se generaba, y aún hoy se genera en estas sierras, no se puede concebir sin la sufrida arriería, lo abrupto del terreno, con valle encajonados y laderas escarpadas, propicia que sea el empleo de equinos el único medio de transporte, cuyo trasiego continuo de animales y personas instauró una particular red viaria de senderos y veredas que recorren todo el Parque Natural.

La rica variedad paisajística que ofrece el Parque Natural Los Alcornocales, con grandes extensiones de pastizales en formaciones adehesadas o libres por completo de árboles, son ecosistemas idóneos para la explotación ganadera. Siendo la cabaña bovina y particularmente la raza retinta la que cuenta con el mayor número de ejemplares de la Península Ibérica, seguida de la caprina, porcina, ovina y en menor medida la caballar.

Otro de los aprovechamientos que cuenta con una gran implantación en este territorio es la actividad cinegética. Aquí se dan la mayor concentración de cotos de caza mayor de toda la provincia de Cádiz, destacando la Reserva Andaluza de Caza de Cortes de la Frontera. Esta actividad genera un importante movimiento económico, con la organización de monterías y la contratación de batidores, secretarios, rehalas, guardería y comercialización de las carnes.

La caza menor también cuenta con un peso específico en la economía del Parque Natural por el gran número de adeptos con cuenta esta modalidad y con una gran cantidad de  cotos que se ubican en la periferia del Parque.Estos aprovechamientos del monte se complementan con otros, como la extracción de la leña, la curruca, el brezo o la apicultura, y en un orden menor por su estacionalidad, pero no menos importantes, por la ayuda para los temporeros que las recolectan, la micológica, las plantas aromáticas y medicinales y otros productos silvestres.

¡Espárragos, caracoles,

tagarninas de la sierra!

A manojitos los niños

venden por las carreteras ¡

Las Murgas de Emilio El Moro. Carlos Cano

Otro recurso asentado, lo constituye el Turismo Rural, con la implantación de alojamientos y revitalización hostelera que ha conllevado, debido en gran parte a la marca Parque Natural.

Bibliografia:

Parque Natural Los Alcornocales. Guía del Excursionista– Autor: Antonio Joaquín Sánchez Sánchez